Vamos a dedicar un tiempo para
nosotros mismos y desarrollar una de las habilidades que podemos utilizar para
relajarnos. Poder controlar el exceso de estrés nos ayudará en el largo plazo,
sintiéndonos más tranquilos, contentos y más conscientes para disfrutar de una
mejor calidad de vida. Si respiramos superficialmente el organismo recibe menos
oxígeno, de ahí la importancia de aprender estos ejercicios, ya que mejorarán
el funcionamiento de los sistemas respiratorio y circulatorio.
Los efectos de los ejercicios de
respiración sobre el organismo son inmediatos, naturales y fáciles de aprender.
Esta respiración se llama así,
porque al entrar aire en los pulmones, hace bajar al músculo llamado diafragma,
que separa el tórax del abdomen y hace que éste se mueva. Así
pues, respirar de esta manera hace que aumente la cantidad de aire que
entra en los pulmones. Además este movimiento diafragmático posee el poder de
la relajación por si mismo.
Esta técnica de respiración se
hará habitualmente por la nariz aunque al principio de la práctica puede que
precisemos expirar algunas veces por la boca, en posición sentado, puede ser
con las piernas recogidas, tumbado o en cualquier postura donde se mantenga la
espalda derecha, además los ojos deben mantenerse cerrados durante el ejercicio
para permitir que la mente vaya hacia dentro y no se distraiga con estímulos
externos.
Haz los ejercicios con ropa
cómoda, en una habitación con temperatura agradable, en la que te sientas bien.
Puedes usar música suave si la necesitas o hacer los ejercicios en silencio. Tú
decides.
Comenzamos:
- Inspira por la nariz dirigiendo el aire a la zona del abdomen. Coloca las dos manos sobre tu abdomen (el ombligo). Debes notar como tu vientre se levanta y se mueve, no se tienen que mover ni pecho ni hombros.
- Inspira (coge aire) mientras cuentas mentalmente: 1,2, 3, 4, 5. La inspiración debe ser lenta, cómoda y silenciosa
- Espira (sopla lentamente) 1,2,3,4,5. Durante la espiración abdominal el diafragma sube. Se nota porque la zona del estomago desciende. Exhala lentamente el aire y siente cómo la barriga se va aplanando.
En vez de contar hasta 5 puedes
imaginar que son los suaves movimientos de una ola que llega a la playa y que
se retira: Inspiras (llega la ola) Espiras (se va la ola)
Al espirar, los pulmones se
vacían y ocupan un lugar muy restringido. Es importante vaciar al máximo los
pulmones y expulsar suavemente la mayor cantidad posible de aire. Después de haber
vaciado a fondo los pulmones, la respiración exige ponerse en marcha otra vez.
El vientre se relaja y comienza el proceso de nuevo.
Esta es la respiración que
deberías hacer siempre. Practica cada día unos minutos esta forma de respirar y
notarás sus efectos beneficiosos en pocos días.
Esta técnica de relajación puede ser la antesala para aprender una
relajación que se pueda realizar en cualquier lugar o para iniciarse con la
meditación.
Os dejo un vídeo para la práctica de esta herramienta tan útil en el control de activación.
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