Hoy abro una nueva sección: Ansiedad y alimentación.
Los síntomas de la ansiedad son tan molestos y destructivos
que llevan, con el tiempo, incluso a un impacto de la salud física. Es por esto
que es importante encontrar una manera de acercarse a la causa de estos problemas
e intentar combatirlos antes de que sea tarde.
En momentos de estrés el organismo consume los nutrientes
más rápido y si no se reemplazan, el sistema nervioso pierde progresivamente
sus recursos y la ansiedad gana terreno. Es por esto que es importante tener
una dieta saludable – rica en hidratos de carbono complejos, como los que se
encuentran en el pan integral y arroz integral que pueden tener un efecto
calmante. También se deben incluir los ácidos grasos esenciales (de cereales integrales,
frutos secos, semillas y legumbres), vitaminas (especialmente del complejo B) y
minerales con el fin de apoyar el sistema nervioso. Es preferible comer poco y
a menudo durante el día, con el fin de mantener el nivel de azúcar en la sangre
constante. Y es recomendable mantener el equilibrio entre los períodos de
descanso, ejercicio y actividades recreativas para sentirse mejor y tener una
actitud positiva ante la vida.
La ansiedad aumenta o disminuye el apetito. Es recomendable
elegir alimentos ricos en vitaminas del complejo B, vitamina E, calcio y
magnesio, teniendo en cuenta que su falta puede conducir a la ansiedad. También
es bueno reducir la ingesta de azúcar y comer menos productos alimenticios a
base de harina blanca; evitar el alcohol y las bebidas con cafeína. En lugar de
esto, es mejor beber agua mineral, jugos de frutas o infusiones de plantas.
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