Como ya intuimos,
nosotros somos los únicos responsables de nuestro malestar emocional, es
lo que estamos pensando en ese momento, nuestro diálogo interno, el único
responsable de nuestras emociones.
También sabemos que
en muchas ocasiones que cuando tenemos emociones que nos bloquean es
debido a que en nuestro diálogo interno tenemos algunas exigencias, exigencias
que estaría bien explorar y cuestionar puesto que son del todo irracionales.
En que se diferencian
un pensamiento racional de uno irracional:
Los pensamientos y creencias son racionales cuando:
Son lógicos y consistentes con la realidad (sin distorsionar
ni exagerar). Son relativos (no decimos "debe ser" "quiero
esto" sino "desearía, preferiría"), esto producen emociones
moderadas, y sirven para conseguir metas y objetivos.
Son irracionales cuando:
Son ilógicos y no consistentes con la realidad (distorsionan
y exageran), son inflexibles (son expresados en términos de necesidad o exigencias)
esto producen emociones intensas, y no sirven para conseguir metas y objetivos.
Para identificar nuestras exigencias va muy bien el
siguiente esquema: Todas las exigencias, todas las creencias irracionales las
podemos clasificar en tres grupos:
- Debo hacer las cosas bien: No debo fallar. Debo hacerlo
todo bien… Es la exigencia del éxito.
- Los demás deben tratarme como yo quiero: Los demás me
deben tratar bien. Debo ser aceptado por la gente. Debo ser amado…Es la
exigencia de la aprobación.
- Las cosas en la vida me deben ir bien: Las cosas tienen
que ser fáciles y no me tienen que incomodar… Es la exigencia de la comodidad.
Nuestras emociones no las tenemos que cuestionar, son las
que son y hay que aceptarlas, eso sí, hay emociones sanas e insanas. Lo que sí
que tenemos que aprender a cuestionar son nuestros pensamientos. Decimos que
hay emociones insanas porque nos bloquean y, hacen que nos boicoteemos nosotros
mismos nuestros propios objetivos. El enfado, los nervios, la tristeza son
emociones sanas, la rabia, la ira, la depresión o la ansiedad son insanas.
Por tanto, cuando experimentemos una emoción insana vamos a
pararnos y vamos a hacer el esfuerzo de ver que es lo que estamos pensando en
ese momento y en cuál de estos tres grupos de exigencias/creencias irracionales
que hemos dicho antes, estamos.
Nuestras exigencias las tenemos que transformar en
preferencias y las emociones entonces nos acompañaran.
He aquí algunos ejemplos:
1.- No puedo tolerar la idea de estar solo: Ninguna persona
saludable ha sufrido algún daño físico por estar sol@, estar sol@ puede ser
frustrarte e indeseable pero puede soportarse.
2.- Necesito amor para ser feliz: El amor no es
indispensable para vivir, podemos disfrutar razonablemente de la vida y ser
felices sin él.
3.- Que terrible es que las personas me rechacen: No es algo
agradable que nos rechacen y en algún momento puede hacernos sentir incómodos,
pero a la final es algo que se supera fácilmente.
Otro esquema importante a tener en cuenta es el siguiente:
Cuando tenemos exigencias sean del grupo que sean también podemos ir un poco
más allá y plantearnos lo siguiente: Cuando tenemos una creencia irracional,
una exigencia ¿qué pensamos, qué nos decimos a nosotros mismos si no se cumple
esa exigencia?
Podemos hacer igualmente tres grupos:
- Si no se cumple mi exigencia me condeno o condeno a los
demás: “Soy un inútil” o “los demás son inútiles”. Importante trabajar entonces
la autoaceptación incondicional de uno mismo y de los demás. Aquí como
sentimiento suele aparecer la culpa que no es más que rabia sobre uno mismo o
bien la rabia hacia los demás, la condena a los demás.
- Si no se cumple mi exigencia “NO puedo soportarlo”. Es la
baja tolerancia a la frustración. No es verdad, porque si no pudiéramos
soportarlo nos moriríamos y eso no suele ocurrir, ¿verdad? Cuando tenemos una
baja tolerancia a la frustración es muy frecuente que como conductas
pospongamos o evitemos situaciones y como emociones suelen aparecer la ira y la
culpa.
- Si no se cumple mi exigencia “ES TERRIBLE”. Pero seguro
que hay cosas más terribles que las nuestras…
A veces tenemos exigencias de los diferentes grupos y
también si no se cumplen esas exigencias podemos decirnos a nosotros mismos más
de una cosa: Condenarnos a nosotros mismos, catastrofizar, decirnos que no
podemos soportarlo… es decir que a veces tenemos cosas de todos los grupos que
hemos explicado.
En el caso de la ansiedad por ejemplo podemos tener ansiedad
por tener a la vez la exigencia del éxito y de la aprobación: Debo ser perfecto
y competente para conseguir la aprobación de los demás. Es la ansiedad del ego.
O bien podemos tener más ansiedad situacional: Más ligada
con la exigencia de la comodidad: Las cosas deben ser fáciles porque si no, no
lo puedo soportar.
O tener los dos tipos de ansiedades. Todo depende de las
exigencias que tengamos cada uno y de nuestra rigidez.
Conclusión, ante una emoción insana, aprender a pararnos y
descubrir nuestra exigencia y las consecuencias que tiene para nosotros el que
no se cumpla esa exigencia. Pensar en estos grupos de los que hemos hablado,
porque nos será más fácil identificar nuestras rigideces. A partir de
identificar nuestro problemilla, transformar esas exigencias en preferencias a
partir de argumentos lógicos que poco a poco estamos aprendiendo y valorar y
analizar, las consecuencias que tienen para nosotros el que no se cumplan esas
exigencias pero de manera realista.
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